Siempre se sospecha que el vecino nos roba nuestra internet inalámbrica. Y también hay muchas chances de que también hayamos robado algo de WiFi nosotros mismos, en un momento de necesidad. Pero la verdad es que tener a varias personas compartiendo una única conexión de banda ancha WiFi puede alentar la velocidad con la que navegamos, así que es mejor asegurarse de tener todo bien configurado para que nadie pueda acceder a nuestra red.
Lo principal a la hora de aumentar la seguridad de nuestra conexión de banda ancha WiFi es ponerle una contraseña. Esto es el paso más importante a la hora de detener a posibles personas que quieran aprovecharse de nuestra conexión. Es impresionante la cantidad de gente que tiene su conexión sin asegurar, así que la próxima vez que nos conectemos, asegurémonos de tener una contraseña configurada. La contraseña, como todas las contraseñas, tiene que ser algo que podamos recordar fácilmente pero que sea difícil para los demás (por ejemplo, el número de cliente del servicio de internet).
Las redes WiFi, con el correr de los años, están adquiriendo cada vez más popularidad. No solamente nos permiten ahorrarnos una gran cantidad de cables, sino que además son la herramienta ideal para los dispositivos móviles, que se vuelven más utilizados y nos ofrecen más posibilidades.